PERDONO Y DEJO IR TODO RESENTIMIENTO.
Hoy evalúo mi vida con el perdón en mente. Estoy listo para comenzar de nuevo, en algunas o en todas las áreas de mi vida. Voluntariamente dejo ir cualquier resentimiento o juicio que pudiera retrasar mi cometido. Perdono a quien haya dicho o hecho algo que me hirió. No es que apruebe su comportamiento, sencillamente me niego a aferrarme al dolor. Suelto y dejo ir.
Cuando me aferro al resentimiento, solamente me hago daño a mí mismo y bloqueo mi curación. En oración entrego mi dolor a Dios, Quien abre el camino para que el gozo y la paz entren en mi corazón.
Dios es la presencia de todo bien en la cual vivo, me muevo y tengo mi ser. ¡Comienzo de nuevo, experimentando la pureza, el gozo y el amor de Dios en toda área de mi vida!
Perdonen, y serán perdonados.—Lucas 6:37